Bienbenid@ a la sección de técnicas narrativas que vas a poder leer en tu bandeja de entrada. No especifico el tiempo, dado que cada semana voy a tratar los diferentes temas de las diferentes secciones que te avancé en el mail anterior.
Así que disfruta del artículo y explora todas las novelas recomendadas como ejemplos de cada tipo de narrador. Son clásicos que me he leído a lo largo de mi vida y que sin duda no me arrepiento. Aunque si he de ser sincera, cada uno de estos libros son para ser degustados y no engullidos como ocurre hoy en día en el mercado editorial y de la autopublicación (me incluyo yo también en este proceso)
Así que el aviso queda para los que quieran profundizar y avanzar tanto en la técnica como en la crítica literaria. Con calma, con paciencia y con el conocimiento de que te adentras en una páginas que además de contar una historia, son parte de nuestra historia.
Y empecemos con el tema que nos ocupa:
Narradores
El narrador: la voz oculta que da sentido a una historia, que la dota de forma, de carácter, de personalidad... De vital importancia a la hora de escribir tu primera novela. Y a menudo tan poco valorado.
Y es que, si bien la elección de la trama, la ambientación o los personajes son imprescindibles para que una novela resulte atractiva para el lector. Para escribir tu primera novela el narrador es la clave para que el mensaje sea correctamente transmitido, para que la descripción, el relato de cada trama, la forma de contar cada momento, el grado de intriga, de misterio, de pasión... resulten tan intensos como únicos. Pero ¿cómo elegir al narrador adecuado?
Tipos de narradores para escribir tu primera novela
Existen diferentes formas de categorizar a los narradores, aunque los más utilizados son los siguientes:
El narrador en primera persona
El narrador en primera persona es uno de los más utilizados, quizá por el toque tan personal y realista que le da a las tramas. Se trata de la voz de la persona que ha vivido el relato que se cuenta.
Una de sus principales ventajas es que al tratarse del personaje principal, nos permite conocer más detalles del mismo. Sin embargo, existen pequeños matices en el narrador en primera persona, que da lugar a tres subtipos:
Narrador testigo:
La persona que relata la novela, no es el personaje principal pero sí una persona muy cercana al mismo. Ayuda a reflejar de forma más fiel, la verdadera personalidad del personaje central, a la vez que nos ofrece una visión de los hechos desde un punto de vista más objetivo que el que nos daría el propio personaje.
Ejemplos de novelas con Narrador testigo
Supongo al leer mi lista y tal y como te he comentado al principio, te darás cuenta que soy Pro Clásicos total. ¡Pon un clásico en tu vida y verás el cambio!
El Gran Gatsby – F. Scott Fitzgerald (Leonardo di Caprio está muy bien en la peli, pero el libro es muchísimo mejor)
El narrador es Nick Carraway, quien cuenta la historia de Jay Gatsby y su obsesión con Daisy Buchanan. Aunque Nick está presente en los hechos, la historia gira en torno a Gatsby.
Moby Dick – Herman Melville
La historia es narrada por Ishmael, un marinero que se une a la tripulación del Pequod. Aunque participa en la aventura, el verdadero protagonista es el capitán Ahab y su obsesión con la ballena blanca.
Las aventuras de Sherlock Holmes – Arthur Conan Doyle
En la mayoría de los relatos, el Dr. Watson es el narrador testigo que acompaña a Sherlock Holmes y relata sus hazañas desde su perspectiva, sin ser el protagonista principal
Narrador protagonista:
Es el más conocido, pues se trata del narrador que, a la vez, es personaje principal. Su visión de los hechos es narrada desde la propia experiencia de la persona que lo está viviendo, de modo que es más cercano y más fácil a la hora de sumergir al lector en la trama.
Ejemplos de narrador protagonista:
Matar a un ruiseñor – Harper Lee (Sobrecogedora)
Scout Finch cuenta su infancia en un pueblo del sur de EE.UU., mientras su padre, el abogado Atticus Finch, defiende a un hombre negro acusado injustamente.
Crónica de una muerte anunciada – Gabriel García Márquez (Un buen maestro)
Un narrador protagonista reconstruye los hechos sobre el asesinato de Santiago Nasar, basándose en recuerdos y testimonios de otros personajes.
Drácula – Bram Stoker (Una temporada de mi vida adolescente estuve obsesionada con este libro)
Aunque la historia está contada a través de diarios y cartas, Jonathan Harker, Mina Harker y otros personajes narran en primera persona los eventos desde su propia perspectiva.
Narrador en flujo de pensamientos:
En este caso nos encontramos con un tipo de narrador menos conocido, cuya misión es acercar al lector a la mente de los personajes. Se trata de un estilo narrativo que refleja el pensamiento interno de un personaje de manera continua, desordenada y subjetiva, imitando la forma en que la mente humana procesa ideas, sensaciones y recuerdos.
Aquí tienes algunos ejemplos de novelas que emplean este tipo de narrador:
Ulises – James Joyce (He de confesar que no la pude terminar)
Considerada una de las obras más representativas del stream of consciousness, especialmente en el monólogo final de Molly Bloom, donde los pensamientos fluyen sin signos de puntuación ni estructura convencional.
Al faro – Virginia Woolf (Me gustó, pero hay que leerla cuando tengas tiempo y ganas de explorar nuevas técnicas) Si quieres profundizar en su técnica y su vida te recomiendo mi artículo en esta misma Newsletter: Los secretos de Virginia Woolf para escribir una novela inolvidable
Woolf se sumerge en los pensamientos de varios personajes, explorando sus emociones, recuerdos y percepciones del mundo de manera fragmentada e introspectiva.
En busca del tiempo perdido – Marcel Proust (Fue uno de mis libros de cabecera durante mucho tiempo. No es una novela para leer de una sentada)
Proust utiliza extensas reflexiones y asociaciones de ideas para explorar la memoria involuntaria, como la famosa escena de la magdalena mojada en té, que desencadena una serie de recuerdos del protagonista.
El narrador en segunda persona
Este narrador es aquel que se limita a contar la trama a alguien, siendo uno de los menos utilizados y también más difícil para escribir tu primera novela.
Generalmente hace uso de algún recurso como por ejemplo las cartas. Una de sus principales ventajas de este tipo de narrador es la cercanía que presenta con el lector, pues la empatía entre ambos es mucho más fácil
Existen dos subtipos del narrador en segunda persona:
El narrador heterodiegético en segunda persona
Este tipo es bastante raro en la literatura, ya que combina una perspectiva externa (el narrador no forma parte de la historia) con una narración dirigida a un “tú”. Este estilo genera un efecto envolvente e incluso inquietante, como si el narrador omnisciente estuviera hablando directamente con el lector o con un personaje dentro de la historia.
Aquí tienes algunos ejemplos de obras que utilizan este recurso:
El hacedor ("El otro") – Jorge Luis Borges
En este cuento, Borges usa la segunda persona para generar un tono reflexivo y enigmático, como si el narrador le hablara a una versión de sí mismo o a un lector que es parte del relato.
La señora Dalloway – Virginia Woolf (fragmentos)
Aunque la novela está principalmente en tercera persona, en ciertos pasajes el narrador parece dirigirse a un personaje en segunda persona, difuminando la barrera entre la voz narrativa y el protagonista.
¿Qué efecto genera este narrador?
Puede hacer que el lector se sienta observado o interpelado, como si el narrador supiera algo sobre él.
Genera una sensación extraña, ya que no es un recurso común.
Se usa para reflexionar sobre la identidad, el destino o para guiar al personaje (o al lector) dentro de la historia.
Narrador homodiegético en segunda persona
Se trata del narrador que forma parte de la historia, ya sea como protagonista o como testigo. Se limita a relatar todo lo que está viviendo en cada momento, sin entrar en los acontecimientos o pensamientos de otros personajes.
Cuando se usa en segunda persona, el efecto es más inusual y envolvente, ya que interpela directamente al lector o a un personaje específico.
Ejemplo:
Rayuela – Julio Cortázar (algunos capítulos)
Aunque la mayor parte de la novela usa tercera persona o primera persona, hay fragmentos en los que se usa la segunda persona para interpelar directamente al lector o a un personaje
El narrador en tercera persona
El narrador en tercera persona se caracteriza por ser ajeno a la historia. Puede tener muchas variantes, como las que se indican a continuación, y es una ventaja para escribir tu primera novela. (Aunque también es cierto que actualmente la tendencia es la primera persona, la tercera te da más margen)
Narrador omnisciente:
Es un narrador que no está integrado en la historia ni tiene ningún tipo de relación con ella, pero, de la misma forma que si se tratara de un dios, posee toda la información acerca de la historia e incluso los pensamientos de los personajes.
Aquí tienes mas ejemplos de clásicos muy reconocidos y también que recomiendo leer si no te adentraste ya en esta espiral de lectura:
Orgullo y prejuicio – Jane Austen (Una de mis favoritas)
El narrador conoce los pensamientos y emociones de varios personajes, como Elizabeth Bennet y el señor Darcy, además de hacer comentarios irónicos sobre la sociedad de la época.
Cien años de soledad – Gabriel García Márquez
Un narrador omnisciente relata la historia de la familia Buendía a lo largo de varias generaciones, conociendo su destino y la maldición que los persigue.
Los miserables – Victor Hugo
El narrador omnisciente no solo cuenta la historia de Jean Valjean y los demás personajes, sino que también reflexiona sobre temas históricos, políticos y sociales.
Anna Karenina – León Tolstói (Otra dentro de mi ranking de novelas favoritas)
Se presenta la vida de múltiples personajes, con acceso a sus pensamientos y sentimientos, permitiendo al lector comprender sus motivaciones y contradicciones.
Narrador equisciente:
A pesar de no tener relación con la trama, y tener toda la información acerca de todos los aspectos de la historia, del mismo modo que el narrador omnisciente, tiene un especial apego por uno de los personajes.
Ejemplos un poco más contemporáneos, pero que no dejan de ser clásicos de la literatura:
Harry Potter y la piedra filosofal – J.K. Rowling
La narración sigue principalmente la perspectiva de Harry Potter, mostrando lo que él sabe, siente y descubre, sin acceder a los pensamientos de otros personajes.
Rebeca – Daphne du Maurier (Un clásico que he leído, pero que no me dejado buen sabor de boca)
La historia está narrada en tercera persona, pero siempre desde la perspectiva de la protagonista sin nombre, quien desconoce muchas verdades sobre su marido y la difunta Rebeca.
El perfume – Patrick Süskind (Cautivadora)
La historia se centra en Jean-Baptiste Grenouille, y el narrador solo nos revela sus pensamientos y experiencias, sin entrar en la mente de los demás personajes.
De la elección de uno u otro narrador dependerá mucho el giro de la novela, y el modo en el que el lector percibirá el argumento. La fuerza narrativa es clave y puede ser determinante, por lo que debe ser un aspecto perfectamente definido para que escribir tu primera novela fluya de manera armoniosa y la historia cumpla con todos los ingredientes necesarios a la hora de convertirse en un éxito.
Si te interesa conocer más técnicas narrativas no dudes en suscribirte a mi Newsletter, nos leemos la semana que viene.