Los secretos de Virginia Woolf para escribir una novela inolvidable
Te los desgrano uno a uno
Virginia Woolf, figura icónica del modernismo literario del siglo XX, no solo fue una escritora excepcional, sino también una maestra del arte de la escritura. Este artículo no se enfoca en su biografía o análisis de sus obras, sino en algo que puede transformar tu proceso creativo: sus métodos y trucos para escribir novelas.
Descubre cómo los diarios de Woolf se convirtieron en una herramienta clave para perfeccionar su estilo, crear personajes profundos y experimentar con métodos narrativos únicos. Aprende a aplicar sus estrategias y a desarrollar un hábito de escritura que lleve tus historias al siguiente nivel.
Conocer lo que hacía Virginia Woolf cada vez que se preparaba para escribir una novela te puede motivar para emprender un hábito a la hora de escribir y llegar a crear historias coherentes capaces de ver la luz algún día y poder ser leídas por miles de personas.
Eso es lo que anhela todo escritor, pero antes es necesario conocer los entresijos de tu propia escritura y entender el por qué, cómo y cuándo. Algo en lo que Virginia Woolf era toda una experta.
El proceso de escritura de Virginia Woolf antes de escribir una novela
Woolf empezó a escribir desde niña. Mantuvo un diario toda su vida y escribió en él hasta cuatro días antes de su suicidio a la edad de 54 años.
La escritura de su diario era primordial para ella, se trataba de un quehacer que debía mantener día tras día en el que descargaba más su infelicidad que sus momentos de gozo.
Ella marcó su propio hábito de escritura, una de las principales claves para pasar de ser alguien al que solo le gusta escribir para convertirse en un ESCRITOR en toda regla.
¿Cuántas veces te has oído decir a ti lo mismo?
«Algún día escribiré un libro» o «Cuando tenga tiempo voy a escribir una novela»
Lo piensas cada día, pero no actúas.
Sin embargo, nada de todo esto es válido si no te conviertes en un verdadero escritor, y no hablo de publicar ni ser leído por las masas, hablo del hábito de escribir cada día por el puro placer de empezar un proyecto y terminarlo.
La satisfacción de un trabajo bien hecho. Un deseo cumplido una vez consigues ese tan difícil hábito de escritura donde puedes ser tú y dejar que tu alma reemplace tus sentimientos por palabras. Será entonces cuando por fin te conviertas en ese escritor o escritora que tanto ansías.
Para Virginia Woolf sus diarios eran como un medio para empezar a escribir una novela y poder experimentar. Así lo narra en “El diario de una escritora” libro que publicó su marido tras su muerte y en el que incluye una pequeña muestra de los 26 volúmenes que le acompañaron durante toda su vida.
Aunque Woolf procedía de una familia adinerada no recibió educación alguna. Fue autodidacta. Se aficionó a la lectura tal vez conmovida por la gran biblioteca que poseía su padre. En aquella época las grandes casas tenían una sala especial para los cientos de libros que coleccionaban y que no leían.
Empatizo con Virginia Woolf, ya que sin entender de dónde me viene el amor por los libros, sin tener ningún ejemplo en casa, me siento atraía por el olor a polvo y el roce de las páginas amarillentas que toda biblioteca posee. Y en ese lugar era dónde Virginia Woolf se sentía ella misma.
En sus diarios son nombrados esos libros que imaginaba escribir algún día. Tal vez era una escritora de mapa, término tan de moda hoy en día. O puede que fuese un intermedio, una escritora impulsiva que se desgranaba por dentro, escupía sus propias palabras, buscaba ideas en ellas y más tarde las organizaba en su diario.
¿Una escritora nace o se hace?
Según lo que conozco de Virginia Woolf a través del estudio de su proceso de escritura me siento algo identificada. Se puede nacer con el ansia y la necesidad de escribir, pero desde luego si uno no se forma ya sea a través de la lectura y la crítica, nunca se llegará a una escritura madura en la que se dosifique la exaltación de los errores de juventud.
«Escribir es el placer profundo, ser leídos superficial»
Virginia Woolf leía más de un libro a la vez y no le daba importancia al nombre o la categoría del escritor, le gustaba dar oportunidades a nuevos libros y nuevos nombres.
¿Recuerdas cuándo empezaste a escribir?
En mi caso fue de bien pequeña, disfrutaba inventando relatos. Pero nunca pensé en publicar hasta que fui mucho más mayor y caí en la trampa de una sociedad marcada por el reconocimiento constante que tiene todo artista, ya sea escritor, pintor, cantante, actor, escultor...
La utilidad de la escritura para Woolf no era ser leída, pero igualmente se sumergió en la rueda giratoria y consintió que sus obras se abrieran al mundo.
Para Woolf su diario era su mantra que le servía de inspiración y sobre todo una ayuda para no caer en el tan temido bloqueo del escritor.
Lo que pocos saben sobre lo que pensaba Woolf del mundo literario
Se han realizado muchos estudios sobre su obra, pero poco ha trascendido sobre su vida.
Aquellos que la conocen bien porque han profundizado en sus miles de cartas, 3800 para ser exactos, y de sus diarios, 7 tomos que abarcan desde su juventud hasta cuatro días antes de su muerte, coinciden en afirmar que de todos sus escritos se desprende un carácter atormentado por traumas infantiles, abusos por parte de su padre y más tarde por parte de su marido que la llevarían a la locura. Una locura que ella misma consideraba su salvadora, el mejor modo de encontrarse consigo misma.
Según cuentan sus investigadores la mayoría de los personajes de sus obras son autobiográficos y representan una parte dormida de su propia existencia que protesta y reivindica su sitio en un mundo donde los hombres lo tenían todo y todo lo poseían, mujeres incluidas.
Virginia Woolf era una habida lectora de biografías y entendía la literatura como un proceso evolutivo de ideas y pensamientos generados por una mayoría, así como lo demuestra un extracto de su diario:
«porque las obras de arte no son nacimientos aislados y solitarios; son el resultado de muchos años de un pensamiento común, de pensar teniendo a su lado a gran parte del pueblo, de manera que la experiencia de la masa se recoge en aquella voz individual»
Virginia Woolf fue lectora y crítica literaria antes que escritora, si hubiera nacido en nuestros tiempos tal vez sería una más de todos nosotros. En lugar de desahogarse en sus cartas y diarios lo haría a través de su blog y realizaría reseñas que luego promocionaría en Instagram.
Esa manera de pensar sobre el reconocimiento de todos aquellos escritores anónimos que también habían construido un pensamiento literario determinado, era coherente con su falta de ambición. Nunca quiso que la catalogaran ni la comparasen con compañeros escritores de gran renombre, ni que la considerasen como alguien único.
Estaba convencida que todos aquellos escritores que la habían precedido y que intentaron hacerse un lugar en un mundo literario tan sectario tenía «un efecto en todos los escritores del futuro» participando de lleno en la evolución de la escritura.
Los trucos de virginia Woofl para escribir una novela
La escritora estaba obsesionada con el método, la estructura y el ritmo a la hora de escribir una novela. Y tenía fijación por conseguir diferentes maneras de narrar y modelar una novela influenciada por los cambios históricos del momento.
La profundidad de sus personajes.
Woolf ideó una manera para dar mayor profundidad a sus personajes.
En lugar de realizar una introspección psicológica como era muy habitual en las novelas clásicas, Virginia incluía el pasado del personaje o la influencia de su carácter a través del presente del mismo, de lo que hacía, cómo actuaba, tocaba o sentía en ese momento.
Un ejemplo lo encontramos en La señora Down, que en un principio debió titularse Las horas.
Otro de sus originales métodos fue transmitir a un solo personaje dos realidades distintas como hombre y como mujer. Orlando fue su novela más controvertida, un único personaje que experimenta como varón y luego como fémina.
Métodos narrativos
Su novela Al faro comienza con un diálogo en medio de una escena de acción, sin ningún tipo de explicación o introducción sobre los antecedentes del personaje. Hoy en día es un tip muy utilizado para enganchar al lector. Incluso en la televisión a la hora del lanzamiento de una nueva serie, normalmente se empieza con el segundo o tercer capítulo donde se encuentra la acción para enganchar al público y más adelante se introduce ese primer episodio de presentación de personajes.
Woolf altera los capítulos no lineales y narra acontecimientos paralelos. Todo ello está documentado en sus diarios. Se pregunta el mejor modo de reunir a un personaje con otro en un final que le cuesta encontrar y cómo escribirlo para que de la sensación que se están leyendo dos escenas al mismo tiempo.
En sus diarios describe la búsqueda del equilibrio para esa escena final.
«Una novela , como digo, para ser buena; debería parecer antes de escribirla, como algo imposible de escribir, como algo que solo se puede ver»
En conclusión para escribir una novela podemos apoyarnos en los métodos innovadores que Virginia Woolf llevó a cabo, aquí te dejo un resumen:
Puntos clave para escribir una novela como Virginia Woolf
1. Consigue un hábito de escritura: Woolf mantuvo un diario toda su vida y escribió en él hasta cuatro días antes de su suicidio a la edad de 54 años.
2.Planea lo que vas a escribir: En sus diarios Virginia Woolf rara vez narra su vida, sino que se cuestiona siempre la mejor manera de abordar una escena.
3.Otorga profundidad a los personajes: Woolf fue innovadora en este aspecto. Mostraba lo que pensaban sus personajes en lugar de explicarlo.
4.Utiliza distintos métodos narrativos: Experimenta distintas formas para recrear una escena y quédate siempre con la de mayor impacto.
5.Huye de lo cotidiano: Huir de lo que se considera normal, no en lo que se narra, si no más bien en la forma de narrar
6.Se coherente y busca el equilibrio: Vuelta a lo de antes. Ser coherente no significa ser soso, o escribir lo que se conoce. Busca siempre cerrar el círculo de la manera más lógica dentro de tu mundo ilógico.
7.El final no siempre ha de sorprender: Virginia Woolf lo tenía muy claro. El final de una novela debía ser la culminación de la obra. Por lo tanto la sorpresa final no entraba en sus planes. Aprende de ella, y no te guardes ningún as en la manga para el final que no hayas desarrollado antes. El lector te lo agradecerá.
Si tienes cualquier duda, consulta o simplemente quieres hablar conmigo de artista a artista puedes hacerlo a través de Instagram @ivettechardis nos leemos la semana que viene.
Gracias por este post. Siempre me ha gustado mucho Woolf y conocer su proceso creativo más a fondo me ha gustado mucho.