No sé si te ha pasado, pero cuando estoy muy saturada de pantallas, notificaciones, pestañas abiertas y ruido, mi creatividad se apaga.
Y entonces, a veces, vuelvo al papel.
No para hacer algo perfecto. Ni siquiera legible.
Solo para reconectar.
Porque escribir a mano es una forma de volver a tu historia a través del cuerpo.
Hola, soy Ivette Chardis y estás leyendo el Escritor Flexible, la newsletter donde exploramos formas libres de escribir una novela, sin fórmulas rígidas ni presión.
Hoy quiero hablarte de algo que parece simple, pero que tiene un efecto enorme:
escribir con boli y papel.
¿Por qué escribir a mano cambia tu forma de pensar?
Según un estudio publicado en Frontiers in Psychology (Mangen & Velmans, 2013), escribir a mano activa zonas del cerebro relacionadas con el aprendizaje profundo, la memoria y la concentración sostenida.
No es casualidad que al escribir en papel recordemos mejor las ideas o las sintamos más nuestras.
Y no solo eso:
La velocidad de la escritura manual es más lenta, y eso obliga a tu mente a filtrar, elegir, priorizar. Lo que se traduce en claridad narrativa.
¿Cuándo escribir a mano puede ayudarte?
Cuando estás bloqueada y no sabes por dónde empezar.
Cuando quieres salir del modo "corrección mental constante".
Cuando quieres conectar con el tono emocional de una escena.
Cuando necesitas pensar sin distracciones digitales.
Cuando tu historia te abruma y necesitas reducirla a una sola frase.
Formas de integrar la escritura a mano (sin tener que viajar en el tiempo y escribir con pluma y tinta)
Cuaderno libre de escena: escribe una escena sin preocuparte por la estructura.
Diario de personaje: haz que tu protagonista te escriba una carta.
Mapa emocional de la historia: escribe sin filtros cómo te sientes con lo que estás contando, estilo Virginia Wolf (puedes leer el artículo que hice sobre su proceso de escritura aquí: Los secretos de Virginia Woolf para escribir una novela inolvidable)
Escritura automática: 10 minutos de lo que salga, sin levantar el boli.
Frase del día: cada día, escribe una frase que quieras conservar de tu historia o de tu proceso.
Escribir desde el cuerpo
No hablamos mucho de esto, pero a veces el mayor obstáculo para escribir no está en la historia, sino en cómo estás tú físicamente.
Tecleamos desde el juicio.
Escribimos a mano desde la intuición.
El papel no corrige. No subraya en rojo.
Solo recibe.
Y eso, cuando estás dudando de ti, vale oro.
Cosas de escritora:
Es curioso como el cuerpo olvida ciertas cosas cuando no se practican, como escribir. Cada vez me da más pereza, y cuando agarro papel y boli me sale una letra de médico totalmente ilegible, y me tengo que forzar a escribir en mayúsculas para entender lo que he querido contar.
Y pensar que hace unos años escribí media novela a mano.
Tenía un gran bloqueo en esos momentos. No había manera de avanzar en la historia, sobre todo por tiempo y cansancio. Y eso me llevaba a la desidia y procrastinación.
Hasta que decidí ponerle remedio.
¿Cuál era el principal problema?
El cansancio mental de estar todo el día ante una pantalla para poder pagar las facturas, lo que viene a llamarse “trabajo nutricional”
¿Cuál podría ser la solución?
No utilizar pantallas de ninguna clase. Así que me agencié una libreta especial. Recuerdo que estaba forrada de pelo sintético parecida a la tela de los peluches.
Y por las noches antes de dormir escribía a mano unas cuantas páginas. Y así lo hice con al menos dos novelas.
Ahora utilizo esta herramienta del boli y el papel cuando tengo que planificar ya sea una novela, o bien mis tareas semanales de escritora. Me va genial para estructurar mi cabeza.
¿Y tú? ¿Escribes a mano o ya lo dejaste como un recuerdo del pasado?
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Y si quieres hacerlo paso a paso, con guía, estructura y flexibilidad real, aquí te cuento cómo podemos trabajar juntas:
👉 Tu novela paso a paso – la mentoría
Hoy, prueba esto: cierra la pantalla.
Toma un boli.
Y escribe una frase que no esté pensada para gustar, solo para salir.
Nos leemos.